- Área: 110 m²
- Año: 2015
-
Fotografías:Federico Cairoli
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El pedido fue remodelar y ampliar un PH existente en el barrio de Palermo, transformando integralmente su organización. El patio, la estructura existente y los detalles de la época eran los elementos más importantes a conservar. La manzana de Palermo en la que se ubica la obra es atípicamente pequeña y todavía conserva una baja densidad, siendo todas sus construcciones de menos de 3 pisos y en su mayoría de la primera mitad del siglo XX.
La tipología de PH es el resultado de la subdivisión de otra tipología de vivienda: la Casa Chorizo, un tipo de vivienda individual que se hizo muy popular en nuestro territorio a comienzos del siglo XX, y cuya distribución interna estaba dada por una sucesión de habitaciones en fila contra uno de sus lados, dejando un patio hacia el otro lado. La subdivisión de estas casas permitió convertirlas en viviendas multifamiliares, cada una con un patio interno propio.
El PH Palermo se encuentra al fondo del conjunto, por lo que se caracteriza por tener mayor privacidad y mayor tamaño.
El encargo vino de parte de una pareja cuyos hijos se mudaron fuera de la casa, que decidieron reciclar y ampliar un PH de PB y un entrepiso que solía estar destinado a las habitaciones de los hijos adolescentes y convertirlo en su vivienda.
La reorganización de la casa estuvo focalizada en dos principales problemas y potencialidades del PH existente. En primer lugar, el patio se convertiría en el centro organizativo, por lo cual todos los ambientes se distribuyeron a su alrededor y las terrazas se convirtieron en una expansión del patio en los pisos superiores. En segundo lugar, se desarrolló una pieza arquitectónica conformada por los dos baños, las escaleras y unas piezas de mobiliario fijo, que posibilitó la distribución de diferentes usos en la estructura existente sin la necesidad de agregar muros divisorios.
La escalera liviana se destaca como un objeto en sí mismo que recorre los medios niveles de la construcción original, como parte de un vacío vertical que introduce luz al interior de la casa.
La premisa en todo momento fue integrar una estética actual con la estética tradicional de lo existente. Se trabajó con la masa del muro portante existente, alterando sus vanos y forma para articularlo con nuevos planos de muro. Estos se intercalan en la esquina del patio con los vacíos que genera la transparencia de las ventanas, en una secuencia alternada de llenos y vacíos en la que, a medida que se asciende, predominan los elementos livianos sobre los pesados.